domingo, 24 de febrero de 2019

Rituales sanadores


En los procesos de duelo, independientemente del tiempo que haya pasado desde la partida del ser querido, hay formas de suavizar el dolor o mejor dicho de resignificarlo. Una de ellas tiene que ver con los rituales que adoptemos, estoy hablando de “rituales sanadores”. Cada familia encontrará los propios que serán únicos y particulares. Dependerá de su historia, de sus creencias, de sus experiencias anteriores y de la impronta de cada grupo social.

Pero cuando hablo de rituales sanadores me refiero a aquellos que alivian, suman, suavizan y mantienen “vivo” a ese ser querido.

A lo largo de las publicaciones del blog yo les fui narrando distintos rituales que adoptamos casi sin darnos cuenta y sin haberlos pensado previamente…iban saliendo a medida que transcurríamos el proceso y se daban de una manera espontánea, cualidad que considero indispensable para que sean efectivos.

Uno que para nosotros fue y es muy sanador es “la visita al cementerio”, claro que nuestras visitas son un poco particulares…casi que nos lo tomamos como un día de campo: llevamos mate, lonas para sentarnos, guitarra, música, algo para comer y nos instalamos frente a su tumba (es un cementerio parque muy agradable, arbolado, prolijo y “acogedor”, si cabe la palabra)

Si bien sabemos que Mili está con nosotros en todo momento y lugar y que son sus restos mortales los que están allí, ese sitio pasó a ser nuestro punto de encuentro con ella, nuestro espacio de unión donde parecería cobrar una presencia muy particular y cercana.

La frecuencia varía de acuerdo a las ocupaciones de cada cual, pero tratamos que sean bastante regulares, cada dos meses aprox. En realidad van surgiendo de acuerdo a la necesidad de uno o varios miembros que proponen la visita.

Debo confesar que la gente que pasa por al lado nuestro en esos momentos, nos mira con un poco de desconcierto porque convengamos que no es lo “habitual”, pero es creo yo, una sorpresa que ayuda a descontracturar y naturalizar “esas visitas”.

Vuelvo a lo mismo que dije antes: en los cementerios no hay un protocolo explícito de cómo uno debería comportarse ahí adentro y dado que cada proceso es personal, digamos que "todo vale”, siempre obviamente que no se falte el respeto.

Nos ha sucedido que nos hemos encontrado con gente amiga que está asistiendo a otro entierro mientras nosotros estamos de “visita” y se suman con gusto a la ronda de charlas, guitarra y mate hasta que el cortejo fúnebre se pone en marcha.

También hemos roto protocolos al llevar por ejemplo globos de helio para el día del cumpleaños de Mili, ya que a ella le encantaban y lo más divertido era aspirar el helio y hablar/cantar


                                                        Pili cantando...

En otra oportunidad habíamos llevado un tupper con brownies y al ver a un señor muy solito parado frente a una tumba cercana, nos acercamos para convidarle y nos quedamos conversando mucho sobre su mujer(a quien iba a visitar) y sobre su familia. Un encuentro muy sanador!!

Otro ritual sanador en nuestro caso fueron los “mandaleandos”, que ya he contado en otras publicaciones y en los cuales hemos formado una hermosa red de contención, manteniendo vivo el recuerdo y la presencia de Mili.

Por supuesto que sus fotografías están siempre presentes al igual que sus anécdotas o frases célebres.

También en las fechas especiales, como cumpleaños o aniversarios de su partida, se dan en algunas ocasiones, “festejos significativos”.

Al año de fallecer Mili , sus hermanos organizaron una fiesta con la familia y amigos para celebrar su vida. En la primera parte hicieron un concurso de preguntas por equipos, donde debían responder o completar frases típicas de ella o situaciones y anécdotas de su vida que habían quedado en el recuerdo de todos, especialmente por lo graciosas o desopilantes que eran.
Y en la segunda parte todos los jóvenes bailaron y se divirtieron tal como si ella hubiese estado presente.

Para la fecha de sus cumpleaños también por lo general se gestaba alguna “movida particular”.

Recuerdo en una ocasión que vinieron sus amigas a compartir ese festejo y trajeron de "regalo" una carta de agradecimiento de una asociación benéfica que atiende chicos con cáncer a la que ellas habían realizado un aporte de dinero “en nombre de Mili”; fue un gesto muy lindo y sanador!!!

También ha sucedido que para alguna de estas fechas, una amiga o familiar haya concurrido a donar sangre y registrarse como donante de médula, campaña que de alguna manera había comenzado con ella en vida, al ayudarnos a todos a tomar conciencia de la importancia de donar sangre.


Los indios navajos tienen un bello ritual. Cuando el Maestro considera que el discípulo está en condiciones de seguir solo su camino, le regala una vasija de barro. El discípulo debe romperla y con un trozo de ella, crear una nueva pieza.

Este rito es una espléndida metáfora de vida.

La muerte de alguien querido nos obliga a juntar pedazos y a crear un nuevo camino, diferente al que se transitó hasta ese momento. Es una creación permanente.

Los rituales laicos o religiosos tienen la misma finalidad: ofrecer contención espiritual/emocional al cambio que se está viviendo: acompañar ese pasaje que implica dejar un estado para entrar en otro, nuevo, diferente, en el que la vida no será como fue hasta entonces, y en donde no queda otra que transitar ese cambio con todas las herramientas, ayuda y creatividad posibles.

El modo en que podamos vivir ese paso establecerá la diferencia.

Y recordemos que no estamos solos!!! Ellos desde arriba nos dan la fuerza para hacerlo, la fuerza más poderosa que es el AMOR. Ese sí no tiene fecha de caducidad. Ese lazo de amor incondicional que jamás se desatará, sino todo lo contrario, seguirá creciendo y perdurará para toda la eternidad. 



9 comentarios:

  1. Re lindo seguir disfrutando de la presencia diferente de los que ya han partido.

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  2. ❤️❤️❤️ AMOR, alegria, coraje, los mejores ingredientes para esos rituales tan sanadores, como los quiero!!!!

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  3. Tan esperanzador y pacificador tu relato!!

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  4. ADMIRABLES !Y ADORABLES TODA LA FAMILIA !!!!!!

    SERGIO Y TIA MARTA

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  5. Ines querida, En la revista Viva del domingo 10 de febrero,hay un articulo sobre Paola Stello , mama de Justina , la chiquita de 12 años que murió por no llegarle a tiempo el transplante de corazón. Inmediatamente pensé en vos y si hubiera alguna forma de acercarete a ella, para consolarla !!!! Gracias, mil besos !!!! Marta

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  6. Un ejemplo de familia, un hermoso mensaje muy emotivo!

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